Hay artículos que, pese a no estar casi en ningún punto de acuerdo con lo que dicen, sin embargo, tienen la extraña cualidad de proveer de intuiciones y de materiales a la mirada crítica que los enfrenta. Es el caso del artículo de Livio Rossetti titulado «Caratteristiche tipologiche dei trattati περὶ φύσεως nei secoli VI-V a. C.» (en Nova Tellus 24:2, 2006, 113-146). El tema tratado se desvía parcialmente de la línea argumentativa que estamos aquí siguiendo en torno al diálogo socrático, lo que me mueve a generar otra «serie» que desarrolle en paralelo este tema del «tratado περὶ φύσεως». El formato blog tiene la ventaja de poder estructurar series paralelas de investigación que se remitan unas a otras e incluso lleguen más adelante a entretejerse. En efecto, es posible que si este «hilo» lo desarrollamos correctamente lleguemos a determinar la índole de los escritos de Jenofonte, autor que en un principio se encuadraría más en la otra rama de investigación. Pero volvamos a Rossetti.
Decía que el artículo mencionado tiene esa rara virtud de ofrecer indicaciones interesantes a un punto de vista que, sin embargo, no comparte ni siquiera la metodología de análisis. En efecto, el punto de vista de Rossetti es histórico-comparativo. Asume la existencia de algo así como un «género» literario apelando a cuestiones meramente «empíricas»: la igualdad de «título» (περὶ φύσεως) y la continuidad temática. Todo ello deriva de una aceptación «acrítica» de los informes helenísticos con respecto a estos «autores». Con respecto a la cuestión del título de las obras, él mismo matiza que no todos los «tratados» encuadrados bajo ese «género» tienen el mismo título y que hay controversia respecto del carácter tardío de esa denominación común. De hecho, su apelación a Aristóteles, al comienzo de la Física, carece de sentido, dado que, no sólo el περὶ φύσεως de allí es el complemento de una cierta epistéme, sino que el argumento de Rossetti presupone la aceptación de la tesis de la «normalidad» del título. (Quizá en otra entrada comente algo más del texto de Aristóteles.) Con respecto a lo segundo, la continuidad temática, él mismo, de nuevo, señala la «marcada propensión a la innovación» respecto a los contenidos de los supuestos autores del περὶ φύσεως, lo que haría bastante dudosa la filiación por contenido, si no fuera ya de por sí un criterio muy débil en lo que refiere a cuestiones «formales» como la que aquí deberían ocuparle. Aún hay más, sin embargo, en el mero nivel de los contenidos expuestos: el supuesto «núcleo temático» de «aspectos del mundo físico» que compartirían estos autores (seamos más precisos: los fragmentos de estos autores) es también tocado, como Rossetti mismo señala (p. 138), por Herodoto, por ejemplo, en Historia II, 19-24. Eso por no mencionar a los «médicos». La fragmentariedad de los textos de los autores comentados impide saber si hay alguna especificidad «sustancial» del περὶ φύσεως (experimento mental: si el pasaje de Herodoto o algunos fragmentos de un tratado hipocrático hubiesen llegado aislados hasta nosotros, ¿los consideraríamos del περὶ φύσεως?). En fin, la «ceguera» de Rossetti, puede bien quedar ilustrada con la siguiente nota:
No faltan, por lo demás, indicios de otros casos en los que los autores han querido reconducir la propia obra en el cauce de los filones ya constituidos, como la teogonía o el ciclo homérico. (p. 122n)
El razonamiento es el siguiente: dando por sentado que hay algo así como el «género» περὶ φύσεως, aquellos que supuestamente pertenecen a él, pero que se alejan de la continuidad temática que supuestamente caracteriza a estos autores, lo que hacen en verdad es «reconducir» el περὶ φύσεως a las tradiciones existentes. Un ensayo de orden inverso a éste sería el de pensar el περὶ φύσεως como algo «emergente» de las tradiciones ya dadas, entremedias de las cuales iría surgiendo el «género» (habrá por lo demás que aplicarle otra denominación), sin perjuicio de que en unas u otras tradiciones (como hemos señalado en Herodoto, o incluso en las temáticas homéricas) puedan darse «emergencias frustradas» o –si se quiere– «incipientes» que no consumen –si es que tiene sentido esto– el περὶ φύσεως.
Frente a estas «apariciones esporádicas», evidentemente, la cuestión de una presencia «plena» del momento περὶ φύσεως es completamente relevante. La diferencia entre estos dos modos de presencia del περὶ φύσεως podría reflejarse en la «postura» de los textos frente al «saber» que ellos movilizan. La explícita «profesión de saber» es señalada también por Rossetti como un rasgo característico del περὶ φύσεως, aún cuando inmediatamente atribuya también esta «consciencia» a los «historiadores» y «médicos»:
Múltiples indicios nos permiten afirmar que el autor de un περὶ φύσεως presume de tener y pretende profesar un saber, se dispone a acreditar las tesis y los argumentos como fiables o altamente fiables y aspira a ser considerado como depositario de un saber acreditado. Lo que hace la diferencia entre los σοφοὶ y los ποιηταὶ es, en efecto, este hacer explícito el saber, profesado y responsablemente puesto por escrito: característica que notoriamente encontramos también en otros profesionales de la época –por ejemplo, los historiadores, los médicos–, los cuales también escribieron tratados y sólo tratados. (p. 132)
Así las cosas, el texto de Rossetti parece anotar, meramente, una extraña coincidencia. Desde el punto de vista del περὶ φύσεως como «momento» textual, sin embargo, esta «coincidencia» parece no serlo tanto. Ya hemos señalado la «incipiencia» del περὶ φύσεως en textos de esta clase de autores (i.e., «historiadores» y «médicos»). La «profesión de saber», como rasgo característico de los περὶ φύσεως, se encontraría también en otros «autores», cuyos «momentos» περὶ φύσεως se nos aparecían como «incipientes». Parecería, pues, haber una especial «tendencia» al περὶ φύσεως en los textos de este estilo, que habría que delimitar. Ahora bien, estos textos no son otros que los que pueden englobarse bajo el «género» ἱστορία. Este «género», para lo que aquí nos concierne, se caracteriza por «renunciar» al «cuidado» del lenguaje inherente al hacer de los ποιηταὶ, con todo lo que ello conlleva. Podríamos decir que «escriben en prosa», sólo si tuviéramos en cuenta que «prosa» es precisamente aquí lo excepcional, lo extraño. Es preciso determinar mejor qué se quiere decir aquí con «prosa», qué consecuencias trae consigo esa noción en el ámbito griego, y precisar la estrecha relación que esa noción guarda con el περὶ φύσεως. Esto no debe hacernos perder de vista que algunos de los considerados «autores» περὶ φύσεως no pertenecen a esta tradición de la ἱστορία, sino que mantienen la forma «cuidada» de los ποιηταὶ (por ej., Parménides, Empédocles). Incluso debemos observar que determinados ποιηταὶ, por ej., Hesiodo, parecen esgrimir una cierta «consciencia» de su «profesión», semejante a la mencionada de los «historiadores».
Todo esto delinea para la investigación dos ramas bien definidas, cuya relación ha de recomponerse en adelante:
-analizar las características del περὶ φύσεως «en metro» y su relación con la tradición de los ποιηταὶ: ¿hay momentos de «incipiencia» en la tradición anterior, al igual que ocurre en el caso de Herodoto?
-profundizar en la «prosa» περὶ φύσεως, tanto en sus momentos «incipientes» como en los textos donde ese momento se despliega «plenamente». Además, esta rama podría desplegarse hasta llegar a la interesante cuestión de la relación entre esta «prosa» y la «prosa logográfica» de los sofistas.
Por supuesto, queda aún por delimitar qué quiera decir eso de los «momentos» περὶ φύσεως, que es sin duda lo más importante del asunto, pero también es verdad que era preciso presentar un cierto terreno exploratorio para no errar demasiado en pos de una respuesta a esa cuestión. Ahora tenemos un cierto territorio que recorrer, con ciertas líneas de investigación, y con estas condiciones ya podemos ponernos en marcha a la busca del contenido de esos «momentos» que nos indica la tradición. Para desentrañar lo que haya detrás de esas menciones helenísticas, hemos de introducirnos en los textos griegos y comprender qué quiere decir allí aquello de περὶ φύσεως. Para eso podemos recurrir a las apariciones temáticas de esa palabra en los textos de Platón y Aristóteles. A eso nos dedicaremos en lo que sigue.
Anteriores post relacionados:
–Murphy, facultades, sofistas y otros fregaos (y decires socráticos, 7).